El aluminio es uno de los materiales más utilizados del mundo, y los componentes de aluminio se encuentran en todos los ámbitos de la vida. Esto incluye componentes y piezas aeroespaciales para la construcción, equipos de proceso, así como componentes eléctricos y fabricación de automóviles.
Hay varias formas diferentes de moldear piezas y conjuntos de aluminio. Uno de los métodos más rentables es utilizar una de las muchas opciones disponibles en el proceso de forja de aluminio.
Las paradas de aluminio dependen de aplicar niveles muy altos de presión y fuerza a la aleación. La materia prima de aluminio se calienta a una temperatura específica para que sea más dúctil, pero no derrite el material. Este calor y aplicación de la presión o la fuerza de martillo dan como resultado una parte final que es fuerte, liviana y extremadamente duradera.
Forjado de matriz abierto: este proceso de forjado de aluminio se usa típicamente para componentes grandes. Estas piezas generalmente se producen mediante forja controlada a mano operada por profesionales experimentados.
Forjado de precisión: en este proceso, el aluminio se ve afectado utilizando la gravedad a través de un dado de corte de precisión. Esto se puede hacer de una vez o utilizando troqueles de formación incrementales, lo que permite que la parte final cumpla con tolerancias muy estrictas. Esto se puede usar para crear formas simples o complejas.
Forjería de presión: a diferencia del equipo rápido y de alto impacto común en forja de precisión que empuja aluminio a través de un troquel, la forja de presión usa presión lenta y constante para empujar el aluminio a un dado dado. Es importante recordar que el término lento se refiere a segundos por parte, no varias partes por segundo.
Hay otras opciones para el proceso de forja. Swaging utiliza la fuerza sobre el aluminio tubular para reducir el diámetro, y la forja de balanceo se usa para aplanar parte del stock en la forma final deseada.